Soy Camila

Mossos

 

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La idea de Revolución Urbana surgió de la unión de dos de mis grandes amores, la sostenibilidad y la moda, siendo esta la segunda industria más contaminante del planeta. Suena un poco ridículo ¿no?

Siempre me sentí muy atraída por la exploración de materiales poco convensionales y sus posibles transformaciones. De toda esta mezcla nace esta empresa con el objetivo de convertir neumáticos en zapatos.

Cuando era pequeña, usé por primera vez los zapatos del uniforme del colegio y estos, además de quedarme pequeños, los sentí súper duros. Cuando regresé del colegio a mi casa, mis pies estaban ampollados, así que me quité esos zapatos y no me los volví a poner. En ese momento, a mis 4 añitos, ya intuía lo que quería hacer con mi vida, este es el primer recuerdo que tengo de querer hacer unos zapatitos lindos y cómodos.

Siempre he sido una persona tímida y de pocas palabras; cuando llegó el instante de elegir una carrera, encontré en la creatividad el vehículo perfecto para poder comunicar un lenguaje donde podía hablar sin palabras, un lenguaje que me permitiera conectar con las personas desde el diseño. Así que decidí estudiar diseño de modas, artes visuales y marroquinería.

Al terminar mis estudios, quise arriesgarme a emprender con la creación de una tienda multimarca. Después de 3 años muy arduos de trabajo, el proyecto quebró. Decidí entonces salir del país, me especialicé en creatividad. Luego estudié zapatería y así fue como logré reconectar con mi sueño de niña: hacer zapatos.  

“A mis 4 añitos, ya intuía lo que quería hacer con mi vida, este es el primer recuerdo que tengo de querer hacer unos zapatitos lindos y cómodos”

Al terminar mis estudios, quise arriesgarme a emprender con la creación de una tienda multimarca. Después de 3 años muy arduos de trabajo, el proyecto quebró. Decidí entonces salir del país, me especialicé en creatividad. Luego estudié zapatería y así fue como logré reconectar con mi sueño de niña: hacer zapatos.  

En el 2020 y en plena pandemia, regresé al país con una idea en la cabeza usar el neumático y la llanta como materias primas para hacer zapatos. Así que me puse a buscar toda la información sobre el uso del material en otros industrias, las cantidades desechadas de este material cada año, su composición y todo lo que pudiera servirme para la puesta en marcha de la idea. Logré crear mi propio taller casero y empecé a recolectar neumáticos para hacer pruebas de diseño, peso, durabilidad, impermeabilidad y resistencia del material. 

En todo este proceso de creación encontré una convocatoria la beca Es Cultura Local, dirigida a emprendimientos de la economía naranja. Realicé todo el proceso y me presenté. El objetivo era lanzar al mercado la primera colección  de zapatos elaborados con neumáticos recuperados intervenidos por artistas locales. Los resultados salían en diciembre y no quedé seleccionada, pero en mayo del siguiente año recibí un correo de felicitaciones informándome que Revolución Urbana era una de las ganadoras de la beca para el año 2021, estaba tan sorprendida que hasta llame a preguntar si se trataba de un error. 

“Estudié zapatería y así fue como logré reconectar con mi sueño de niña: hacer zapatos”

 Con los fondos de la beca Es Cultura Local, logré poner en marcha la idea y lancé al mercado la primera colección de zapatos con los que generamos las primeras ventas. Cada vez que recorro la ciudad y veo un neumático en el espacio público, imagino sus transformaciones. Siento como van surgiendo las ideas y empiezo a imaginar en qué diseño se usaría el material, cómo se le vería puesto a cada cliente, cómo quedarían esas ideas en personas reales y cómo estas personas se apropiarían del producto.   

Siento un gran respeto por el oficio de la zapatería y amor por el cuidado ambiental, por eso busco de forma incansable la perfección y el cuidado de cada uno de los detalles en los procesos de creación de cada par de zapatos. Poco a poco he ido transformando esa pasión en un negocio con el que busco convertirme en un referente del sector. 

Lograr que las cosas pasen está inspirado en mis zapateros, porque veo en ellos el amor y la paciencia con la que hacen cada par de zapatos, porque con ellos entendí que aprender a hacer algo bien puede tomar toda una vida. Cuando los veo trabajar con tanto compromiso, entiendo que más que operarios son artistas. 

Quiero ser parte de las experiencias de vida de las personas, despertando sus emociones a través de lo que hacemos, para que todos descubran que siempre hay nuevas y mejores formas de hacer cosas increíbles, lo que se debe hacer es arriesgarse y trabajar para lograr que pase.  

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